El envejecimiento. Un proceso natural que aceptar y abrazar.

La vejez ¿una etapa a la que temer?

El envejecimiento es un proceso que tiene lugar a lo largo de toda nuestra vida, se trata de un fenómeno natural, heterogéneo, universal e irreversible.

Se caracteriza por el deterioro del funcionamiento celular del organismo que da lugar a una serie de cambios, los cuales influyen significativamente en nuestra capacidad para desenvolvernos de manera óptima en el entorno. Su progreso es lento y en un principio no somos tan conscientes de los cambios que se están produciendo a nivel biológico, social y psicológico.

Estos cambios han hecho que la sociedad asuma y promueva una interpretación errónea sobre este proceso, viéndolo como una etapa de dependencia y pérdida a la que haya que temer.

Sin embargo, estos conceptos negativos, en su mayoría, son sólo mitos y estereotipos sociales. Hay que dejar claro que un envejecimiento normal y natural no tiene que conllevar, inevitablemente, cambios que afecten de forma significativa nuestra calidad de vida:

  • Muchos adultos mayores mantienen una función cognitiva saludable y pueden seguir aprendiendo cosas nuevas.
  • Disfrutan de una vida satisfactoria y plena, manteniendo relaciones sociales, participando en actividades significativas, cuidando su salud o realizando modificaciones en su entorno.
  • Tras la jubilación disfrutan de una vida activa, llegando incluso a ofrecerse como voluntarios para la realización de algunos trabajos o actividades.
  • La capacidad de aprender y adaptarse no se pierde con la edad. Por ejemplo, en el caso de las nuevas tecnologías, la mayoría supera el desafío que supone aprender a manejarlas y se aprovecha de las ventajas que tienen estos dispositivos.
  • Aunque es cierto que puede disminuir algo la frecuencia de las relaciones sexuales, normalmente la actividad sexual suele mantenerse estable y satisfactoria en quien la venía manteniendo antes.

Como podemos ver, la vejez es una etapa más de la que podemos disfrutar, en la que se producen cambios y en la que hay que seguir cuidándonos y aprovechando los recursos de los que disponemos.

Envejecimiento natural VS Envejecimiento patológico.

A continuación, vamos a ver la diferencia entre ambos tipos de envejecimiento. Es importante distinguirlos

para una atención médica y un apoyo adecuados a medida que las personas envejecen.

  • Envejecimiento natural: se producen cambios graduales y progresivos en el organismo y las funciones cognitivas, los cuales no suelen estar asociados a otras enfermedades o condiciones médicas. Estos cambios no suponen una disminución significativa de la calidad de vida y pueden compensarse diferentes recursos y modificaciones en el entorno.
  • Envejecimiento patológico: los cambios que se producen van más allá de lo que se considera normal y se asocian con enfermedades. Pueden aparecer síntomas normales del envejecimiento de manera más pronunciada o antes de lo esperado. Estos cambios tienen un impacto significativo en la capacidad funcional y la calidad de vida de las personas.

En resumen, la diferencia fundamental radica en la naturaleza y el impacto de los cambios.

Mientras que el envejecimiento natural es un proceso normal con variabilidad individual, el envejecimiento patológico va más allá de los cambios típicos asociados a la edad y está vinculado a condiciones médicas que afectan negativamente la salud y el funcionamiento cotidiano.

Envejecimiento patológico. Signos de alarma.

A continuación, describimos brevemente algunos de los síntomas que podrían indicarnos que algo no va bien y que probablemente estemos ante un envejecimiento patológico.

Desorientación temporal y espacial.

  • Desorientación temporal: no recuerda la fecha en la que se encuentra, la hora del día en la que está…
  • Desorientación espacial: se desorienta por la calle, no recuerda el camino de vuelta a casa…

Pérdidas de memoria.

No recordar el nombre de familiares o amigos, de objetos cotidianos, olvida citas, eventos y acontecimientos obvios, caminos y trayectos de uso frecuente como el supermercado, la farmacia, etc.

Reconocimiento de objetos y funciones.

No logra precisar para qué sirve un objeto como el cepillo de dientes, o mira el tenedor y no está seguro del uso correcto que debe darle.

Problemas de juicio.

Toma decisiones erróneas o ilógicas, presenta dificultad para resolver problemas o planificar cosas.

Problemas de comunicación.

Tanto verbal como no verbal. Presenta dificultades para comunicarse, encontrar las palabras o gestos. Asimismo, si presenta problemas con el vocabulario oral y escrito, o dificultad para encontrar el nombre y palabras exactas.

Trastornos del sueño.

Despertar con agitación, llanto o tristeza sin motivo aparente. Apatía, ansiedad, pesadillas continuas, terrores nocturnos. Somnolencia diurna o insomnio.

Repeticiones.

Pregunta lo mismo o cuenta las mismas historias repetidas veces en un corto periodo de tiempo.

Cambios del estado anímico y en la conducta.

Se observan cambios bruscos en el estado de ánimo y comportamientos que antes no se daban.

Agitación, irritabilidad, tristeza, apatía y falta de interés, aislamiento social, agresividad física y verbal…

Existen otras señales de alarma, como: falta de iniciativa y motivación, deterioro en la marcha y movimientos, mirada perdida, alucinaciones o ilusiones, delirios y/o euforia, gritos e insultos, desinhibición corporal o en el lenguaje, disminución en la capacidad de autocuidado.

Envejecimiento Activo y Saludable.

Actualmente no existe ningún tratamiento que frene el envejecimiento. Por ello, los esfuerzos se centran en normalizar este proceso dentro de la sociedad y en reducir sus consecuencias negativas promoviendo un envejecimiento activo y saludable.

Este concepto promueve un envejecimiento positivo, donde las personas mayores pueden mantener un estado de bienestar físico, mental y social a medida que envejecen. Se centra en la idea de que el proceso de envejecimiento no debe ser visto solo como una inevitable degeneración, sino como una oportunidad para optimizar la calidad de vida a lo largo de los años.

Adoptar un estilo de vida activo y comprometerse con prácticas saludables puede contribuir significativamente a mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen.

Algunas de estas prácticas son:

Salud física: ejercicio regular, dieta equilibrada, manejo de enfermedades crónicas.

Participación comunitaria: voluntariado y actividades sociales

Adaptabilidad y resiliencia: afrontamiento positivo, adaptación y modificación del entorno.

Salud mental: gestión del estrés, vida social activa, estimulación cognitiva.

Beneficios de la Estimulación Cognitiva.

Una de las cosas que podemos llevar a cabo para mantener nuestras funciones cognitivas y prevenir o retrasar la aparición de síntomas relacionados con el deterioro cognitivo es la ESTIMULACIÓN COGNITIVA.

A continuación, se enumeran algunos de sus muchos beneficios:

  • Fomenta la autonomía y la independencia de la persona.
  • Previene la aparición de síntomas de deterioro cognitivo.
  • Ralentiza el progreso de las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
  • Mejora la plasticidad neuronal.
  • Influye de forma positiva en la autoestima y el estado de ánimo.
  • Disminuye la ansiedad y el estrés.
  • Fomenta la vida social y evita el aislamiento.
  • Mejora la calidad de vida.

Libros publicados por la autora en Neuroaprendizaje Infantil

Libros sobre envejecimiento

    Autora

    M.ª Luisa Caro Nieto.

    Psicóloga General Sanitaria.

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