Entrevista a José Luis Galve “Inclusión, la Atención a la Diversidad y las Adaptaciones del Currículo”

ENTREVISTA CON JOSE LUIS GALVE MANZANO, Catedrático de Orientación (antes Psicología y Pedagogía de E.S.). Dr. En Psicología. Autor de numerosas monografías, test, programas de intervención y artículos en revistas relacionadas con la educación.

Luis Ballesteros, es KAM de Editorial CEPE

Desde la labor de difusión e innovación de nuestra editorial pretendemos aportar una serie de puntos de vista en torno al tema de la inclusión, la atención a la diversidad y las adaptaciones del currículo para alumnado con necesidades educativas.

  1. ¿Podría hacer una valoración sintética de estos términos “inclusión, la atención a la diversidad y las adaptaciones del currículo” sobre su evolución histórica en las últimas décadas?

Difícil pregunta para poder sintetizar en unas líneas, pero lo intentaremos. Desde la incorporación del concepto de “integración” al principio de la década de los 80, continuando con la llegada de la LOGSE y la incorporación de la atención a la diversidad, hasta el momento actual con la inclusión, ha requerido una fuerte evolución del sistema educativo para su asimilación.

La integración pretendió incorporar al alumnado con deficiencias psíquicas, motorices o funcionales al sistema educativo normalizado, o sea, aquel que escolariza a la mayoría de la población de forma normalizada, quedando los centros específicos para alumnado con graves deficiencias.

Mi opinión respecto a esa década de los años 80, es que fue como lo de la botella medio llena o medio vacía, y me explicó. Supuso un gran avance para un perfil de alumnos que hasta entonces habían estado segregados, pero la atención de calidad dependió más del voluntarismo del profesorado que de una estructura organizada, formada y financiada de forma diferencial o complementaria para atender a estos tipos de alumnado. Se generó en algunos padres y madres expectativas que no siempre eran realistas ni alcanzables, generando frecuentes conflictos en los centros, pues a veces esperaban cosas imposibles. Al menos sirvió para que el alumnado sin dificultades fuese consciente de que había otros alumnos con dificultades y limitaciones, que estaban allí, y que iban a convivir con ellos.

Con la llegada de la LOGSE en la década de los 90 se potencia el concepto de atención a la diversidad, tratando de dar una respuesta educativa dentro del centro educativo y al ser posible dentro del grupo-aula de referencia. Así surgen las adaptaciones curriculares significativas o no, la diversificación curricular, el refuerzo educativo. La dificultad que existía era múltiple: a) Por una lado la fundamentación teórica fue confusa y con pocos modelos que sirviesen de guía; b) Cada comunidad autónoma legislo como quiso surgiendo legislaciones y modelos de intervención muy diversos, no pareciéndose las adaptaciones que se seguían en unas comunidades a otras. Nuestro equipo de trabajo en CIDEAS elaboró una trilogía sobre las adaptaciones curriculares, en la que se analizaba y ejemplificaba cada una de las propuestas existentes. Su título es Adaptaciones Curriculares (I. Fundamentación teórica; II. Casos prácticos; 3. Materiales de apoyo. Galve y Trallero, CEPE). Pero nos encontramos que con la entrada de la LOE y la derogación de la legislación anterior entramos en un limbo legal, o mejor dicho alegal, ya que en la LOE se incluyeron las mismas medidas de atención a la diversidad pero nunca se desarrollo en qué consistían y cómo se implementarían. Tanto es así que desde 2005 los servicios de inspección apenas “han intervenido” en la supervisión de las adaptaciones del alumnado ya que no tenían un soporte legal para pedir tales documentos a los centros y ellos tampoco estaban en muy buenas condiciones para poder asesorar, con lo cual con tener un documento que dijese adaptaciones curriculares, su calidad se le suponía. Conclusión, el alumnado no hay tenido propuestas realistas e eficaces para dar respuesta a la necesidades educativas que tienen derecho por ley este tipo de alumnado.

Con la aparición de la LOMCE seguimos en el mismo limbo, pero con el agravamiento de que el profesorado “pasa en cierta medida” de su desarrollo tanto por no existir una demanda realista de la administración educativa como por las dificultades que implica la implementación de una adaptación curricular o un programa de refuerzo en el contexto actual de funcionamiento de los centros educativos en los cuales se ha reducido las plantillas de profesores de apoyo y casi reducido a nivel cero los presupuestos para obtener el material que requieren tales medidas.

En los últimos 25 años la medida que mejor ha funcionado ha sido la diversificación curricular, siempre que no se haya pervertido su objetivo original, que era ser candidatos al Graduado; y digo pervertido porque muchas veces los propios directores de secundaria e incluso la inspección han presionada al servicio de orientación para incluir a alumnado que no reunía el perfil, pero que les servía para incluir determinados alumnos o para “contentar” a determinados padres. Esto ha contribuido a arruinar tales programas, perdiendo el valor y estima que tuvieron en su origen.

Visto el panorama no muy positivo, cabe la siguiente pregunta:

  1. ¿Qué sugiere que se puede hacer?

En primer lugar desarrollar una normativa clara y precisa, especificando en qué consiste cada una de las medidas, qué contenidos y qué proceso se debe seguir, quiénes están implicados en su diseño, aplicación y supervisión. De no ser así se seguirá dando tumbos dependiendo más del voluntarismo del profesional de turno, que de una escuela organizada y de calidad.

En segundo lugar, con las plantillas y organización de los centros educativos, y siendo realista es muy difícil diseñar adaptaciones o programas de refuerzo personalizados, con lo que una alternativa es recurrir a productos editados que faciliten al profesorado esta adaptación de los diferentes currículos y niveles de las asignaturas o materias que así lo requieran.

En tercer lugar, realizar una evaluación psicopedagógica rigurosa que situé al alumno en su nivel real, teniendo en cuenta su nivel de capacidades y competencias, para que a partir de esta línea base seguir construyendo sus nuevos aprendizajes. Como limitación diré que no siempre se puede adaptar el nivel donde está escolarizado el alumno, y lo explico: cuando el desfase es inferior a dos cursos o niveles se podría paliar el desfase mediante un programa de refuerzo de aquellos componentes que aún no tiene adquiridos, mientras que cuando el desfase es superior a dos cursos o niveles, habría que adaptarnos al nivel real desde el que está en condiciones de seguir aprendiendo. Con frecuencia nos encontramos a alumnado de 1o ESO con niveles de 5o de E. Primaria e incluso inferior, pues siendo realista a este alumnado hay que adaptarle en nivel en el que se quedaron sus aprendizajes, siendo casi imposible adaptar el currículo o programa de su grupo-aula en el que está escolarizado.

Con esta finalidad diseñamos y estamos desarrollando el PROYECTO SERAPIS, Adaptaciones Curriculares Básicas para alumnado con necesidades educativas, retraso escolar y/o dificultades en Matemáticas. PROGRAMA PARA LA ADQUISICIÓN DE COMPETENCIAS BÁSICAS que está formado por una serie de propuestas cuyo objetivo es la contribución a la adquisición de las competencias básicas en las áreas de Lengua Castellana y Literatura, de Matemáticas, de Inglés, de Ciencias Sociales y de Ciencias de la Naturaleza. Está dirigido a alumnado que precise Adaptaciones Curriculares Básicas, concretamente para alumnado con necesidades educativas, retraso escolar y/o dificultades de aprendizaje.

En sí no es un material para suplir a los libros de textos al uso en los centros educativos, sino que está concebido para un alumnado que acumulan un cierto nivel de “retraso escolar en sus aprendizajes” y necesitan un programa graduado para adquirir aquellos elementos de niveles previos que les posibiliten seguir aprendiendo, al mismo tiempo que conseguir los objetivos y contenidos mínimos de cada nivel educativo en base al currículo.

Este material se puede considerar como adaptaciones no significativas si el nivel del desfase curricular se sitúa en no más de un curso de desfase curricular, situándose como un programa de refuerzo, mientras que cuando el desfase curricular es superior a dos o más cursos estaríamos hablando de adaptaciones curriculares significativas, debiendo seleccionar el cuaderno correspondiente al curso que cuyas competencias y contenidos tiene aún por adquirir ese alumno. Sistemáticamente se van apoyando estos aprendizajes con técnicas de estudio, refuerzo, modelado, moldeamiento y atenuación de ayudas,… que propician la generalización de sus aprendizajes.

Por último,

  1. ¿Qué opinión le merece la inclusión?

Es un derecho que tienen nuestros escolares y que la administración educativa debe garantizarles, pero si somos realistas una cosa es la teoría y otra la práctica. Como sociedad y como comunidades educativas hemos avanzados en la asimilación del concepto, pero la realidad es que estamos en un estadio similar a las décadas anteriores con las medidas de atención a la diversidad, donde opino y basado en mi experiencia docente de 40 años vinculado al el ámbito educativo como maestro, profesor de secundaria, universidad y orientador que formación de nuestros profesorado hay que implementarla y las administraciones educativas hacen pocos por y para sus profesionales, donde los máster de formación dejan bastante que desear en este campo , donde la formación de los potenciales y futuros docentes no suele ser realista y tienen que continuar con formación cuyos costes tienen que asumir los que pueden o con ayuda de sus familias.

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